EL PINCHO, MÁS ALLÁ DE UNA ALTERNATIVA DE CONSUMO, REPRESENTA TODA UNA CULTURA en la que la experiencia gastronómica se convierte en una ocasión para la amistad, la familia o las relaciones sociales. Por ello, cada detalle de nuestras tabernas está pensado para favorecer y multiplicar la satisfacción de un momento que, a pesar de estar hecho para ser compartido, es a la vez tremendamente personal: cada pincho dice mucho de quiénes somos, y proclama nuestra capacidad de disfrute y de descubrir nuevos placeres.
Para conseguirlo, sólo tienes que dejarte llevar por el Sistema Lizarran: lo único que tienes que hacerte con un plato, escoger de entre nuestra amplia variedad de pinchos fríos, y dejar los palillos para que nosotros podamos hacerte la cuenta. No necesitas nada más para saborear los auténticos pinchos al estilo del Norte.
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